MUCHO PARA TAN POCO
Guillermo firmó en Madrid la faena de la tarde y fue rácanamente premiada por mucho que se pinchara en primera instancia.
A punto estuvo de resolverse el festejo en el último instante, como si en el fútbol se tratase, en el último minuto Guillermo tiró al poste en forma de pinchazo previo, dando así el mínimo argumento a que la presidencia no tuviera que abrir la puerta grande.
La labor a ese sexto mereció con creces esa puerta grande y seguro que salidas a hombros más baratas las ha habido en esta misma plaza. Los quiebros, sobre todo el primero a lomos de MARTINCHO en el que se jugó literalmente la piel y con el toro de salía, y los posteriores en banderillas con ECUADOR, fueron los momentos de más vibración de una tarde en la que los toros fueron protagonistas principales de una tarde escasa de momentos emocionantes. Sosos y parados, algunos reservones y con un peligro sordo como el cuarto y en general dejando que los toreros hicieran todo ellos y poco los astados. Por eso lo sucedido en el sexto fue un espejismo de emoción, porque sin ser un gran toro, sirvió a Guillermo para los quiebros y para emocionar con los circulares de ILUSION que se metió en sus terrenos para provocarlos, citarlos y hacerlo embestir con una gran plasticidad. El cierre de ESENCIAL estuvo caracterizado por la elegancia en los embroques, con dos rosas colocadas con pureza y un par de banderillas que el tendido agradeció y celebró por todo lo alto. La única mácula llegó en un pinchazo arriba seguido del mejor rejón de muerte de la tarde y que cerró una faena rácanamente premiada por mucho que se pinchara en primera instancia.
En el tercero de la tarde, Guillermo tuvo posiblemente al peor enemigo de la tarde, esperando y arreando en el momento de la reunión. El joven jinete echó casta y tiró de la veteranía de JIBARO y BERLIN para solventar los problemas del astado y conseguir una lidia in crescendo. Los mejores momentos llegaron montando a ESENCIAL, cuajando buenas banderillas cortas y un gran par a dos manos. También pinchó dos veces antes del rejón final y no hubo trofeos.
No hubo puerta grande, pero sí triunfo en taquilla colocándose por única vez en esta temporada en festejo de rejones el deseado “No hay billetes” lo que dejó claro el tirón de los Hermoso de Mendoza y donde a pesar de la nula colaboración de los toros se pudo disfrutar del empuje juvenil y ya real de Guillermo Hermoso de Mendoza.