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POR DERECHO PROPIO

Tercera confirmación de alternativa de Guillermo Hermoso de Mendoza y tercer peldaño de esa escalera que conforman España, Francia, Portugal y México en canto a confirmaciones de alternativa. Después de Nimes y Lisboa, en esta ocasión le tocó el turno a la Monumental mexicana y para un futuro, quien sabe si próximo, Las Ventas de Madrid cerrarían el círculo.

Un éxito de taquilla con unas veintiocho mil personas en el tendido que confirman que Pablo esta más vivo que nunca en el gusto del aficionado mexiquense y que confirmaron la segunda o tercera mejor entrada de la temporada a pesar de ser el último festejo del serial. Y un éxito en el ruedo donde Guillermo cayó de pie en la capital con una última faena de garra, genio y valor donde arrancó una oreja y donde su padre enfrentó a dos toros de poco recorrido.

Una confirmación que una vez más llegaba de manos de su padre, Pablo, de quien hace apenas un año recibía la alternativa en la Real Maestranza de Sevilla. Maestro y alumno abrieron el paseíllo en una tarde llena de emociones, que se rompió con la ceremonia de confirmación y con esa entrega de trastos con los que Guillermo se presentaba en la plaza más grande del mundo y con los que se fue a recibir a su primer toro de nombre, precisamente Confirmado.

No fue el toro ideal para el toreo del joven navarro, si bien tuvo mucha nobleza, si estuvo muy escaso de fuerzas y lo fue acusando a medida que avanzaba la lidia. Tuvo un inicio como hemos dicho cadencioso y eso dio pie para que JIBARO se luciera llevándolo a un galope muy medido. No lo forzó mucho y solo un rejón de castigo para cuidarlo. En banderillas INDICO estuvo siempre torero, pisando terrenos del toro y dejándoselo llegar mucho, consintiéndole para alcanzar esa emoción que el toro ya no tenía. La cercanía de terrenos y la frontalidad de los embroques marcó la lidia de INDICO. DONATELLI comenzó a girar en su cara, sacando pequeñas arrancadas de apenas unos metros para luego llegarle desde lejos y reunirse con pureza a un toro ya muy agarrado al suelo y que ya apenas llevaba a dar emoción a las piruetas. Último tercio con la presencia de PIRATA dando majestuosidad a una lidia totalmente a toro parado, a toro abstraído y en el que el caballo cerró terrenos para lucir en cortas y par a dos manos. Con el toro muy estático, Guillermo pincho dos veces desde PIRATA y luego descabello varias veces antes de acabar con este Confirmado.

Y no fue hasta que ya entrada la noche, saltó al ruedo azteca el último de los toros de rejones, el astado de menos peso, pero serio en su arboladura. Este Hugela rompió con la mansedumbre de sus hermanos y sacó toda la rabia que sus hermanos habían dejado en los corrales. Guillermo lo vio y se dio cuenta de que aquello había que aprovecharlo y había que jugársela. Fue con MANIZALES con quien tomó los primeros contactos, siempre bruscos del astado, pero a su vez bravos. Pensó si colocar un  segundo rejón de castigo, pero aquello había que echarlo arriba y se dejó al toro crudo. Eso se pudo disfrutar por parte del público cuando DISPARATE comenzó a disparatar la faena, a meterse en los terrenos del peligro y llevar al toro cosido, con hermosinas, con galopes largos y con giros donde los pitones rozaban su piel. Aguantó tornillazos y de todo, y nunca se amilanó, pisó los terrenos donde tiene las de perder, pero ganó. Faena de caballo grande y cuajado y se vio perfectamente refrendada por la continuación de ARSENIO, mágico en la firma de acudir al toro y majestuoso en la banderilla, rematado con piruetas realmente sin espacios entre todo y pecho. Parecía como si se hubiera contagiado del disparate anterior para estar él a su mismo nivel. Faena grande, cerrada por un grande como PIRATA,  con tres rosas muy celebradas por el tendido y colocadas en los mismos medios de la plaza a un toro que todavía embestía con mucha fuerza. Llegó el momento del par a dos manos y la mala fortuna hizo que la rienda de pirata se rompiese en el momento de clavar el par. Guillermo erró en esta ocasión y le costó ajustarse las riendas para intentarlo de nuevo. Esto cortó un tanto la faena, enfriando los ánimos de un público entregado toda la noche con el joven estellés. Consiguió colocar el par a dos manos y un rejón de muerte en todo lo alto que hizo doblar al Hugela, a pesar que vendió cara su muerte. La primera oreja de la Plaza México, en su todavía corta historia, cayó de manos de Guillermo Hermoso de Mendoza el día de su confirmación.