LA FAENA DE LA TARDE
Guillermo resolvió sobresalientemente una auténtica prueba de fuego que le planteó un bravo astado de Los Encinos al que le realizó una gran faena en el ruedo meridense.
En su retorno a la blanca arena meridense Guillermo enfrentó a un solo astado, el último del festejo, y con él llegó la faena de la tarde. Un astado que había estado de sobrero en la plaza México precisamente para su padre y que fue un dechado de bravura y de embestir, eso sí, poniéndose mucho por delante y complicando las suertes pero ante él, Guillermo tuvo una auténtica prueba de fuego y la resolvió con sobresaliente.
De salida el toro parecía no querer por los caballos, no querer saber nada de MANIZALES. Bregó la yegua para dejar los rejones de castigo y hacer al toro embestir. Lo consiguió y dejó al toro hecho una máquina de embestir y a los caballos unos auténticos colosos ante él. El primero en cuestión fue DISPARATE, quien canalizó esa bravura y la aprovechó para lucirse y para poner la plaza hecha un manicomio. Galopes de costado medidos pero muy bruscos aguantando DISPARATE al máximo los envites del astado. DISPARATE le hacía de todo, lo templaba de costado, hacia las hermosinas, toreando con el pecho y vaciándose en cada embroque. Espectáculo precioso entre caballo y toro. Continuó la fiesta con GALLO II quien también tuvo que arrimase lo suyo y aguantar el tragalón, lo que hizo a base de habilidad y de encurvarse con el astado. Pirueta en la cara fueron el colofón de una faena redonda hasta ese momento. Con el toro ya más entregado, pero todavía embistiendo, Guillermo dejaría dos rosas montando a NEVADO y emocionó al respetable con un par a dos manos por los adentros. Solo quedaba matar al toro bien, y este ya no ayudaba tanto con su movilidad y así entró Guillermo por los adentros y dejó un rejonazo que se le fue bajo. Lástima, porque tenía los trofeos en la mano y esta circunstancia le privó de la puerta grande, pero no de haber convencido a una de las plazas más exigentes de México.