PARA LA HISTORIA
Guillermo Hermoso de Mendoza protagoniza una soberbia actuación en Val’Quirico que tuvo como colofón el indulto logrado, junto con su padre, de un bravo ejemplar de Rancho Seco.
Val’quirico volvió a programar su habitual corrida de rejones, nuevamente con muy ambiente, rozando el lleno y mostrando el marco incomparable de su pueblecito provenzal. Un marco que fue testigo del primer indulto acaecido en este lugar y ocurrió en el quinto de la tarde, un gran toro de Rancho Seco cuya lidia Pablo quiso compartir con su hijo Guillermo y con quien dibujaron una faena llena de detalles y buen toreo ante un Hacedero bravo e incansable y convertirse así en el séptimo toro indultado por Pablo Hermoso de Mendoza, esta vez con la colaboración de su hijo Guillermo.
Guillermo actuó en cuarto lugar y tuvo un toro de comportamiento desigual y sobre todo que fue de menos a más. Comenzó con muy buenas perspectivas, galopando con nobleza y dejándose torear por BARRABAS, con quien colocó un solo rejón de castigo para dejar al toro entero en banderillas. Comenzó el tercio con BRINDIS, que se fue agigantando a cada reunión y terminó metiendo la cara entre los pitones en cada reunión. Toreó con el pecho de forma magistral y se vaciaba la embestida por toda su anatomía.
Gran tarde de BRINDIS que cedió el testigo a BACO, para que la emoción de los quiebros llegara al tendido. En el primero de ellos, el toro se arrancó muy pronto y a punto estuvo de sorprender al caballo, que salió listo del embroque y Guillermo clavando en lo alto. La gente se vio sorprendida por el valor de caballo y jinete y este lo corroboraría con otra banderilla de similar preparación y colocación. Lo que aconteció luego ya fue otro cantar porque el toro se vino abajo y se rajó estrepitosamente en tablas. A partir de aquí ya el lucimiento dejó paso a la eficacia y sobre todo a aprovechar cada salida del toro de tablas. Montando a BACANO puso dos rosas y un par a dos manos al segundo intento. Acertó a matar al segundo intento y le concedieron dos orejas.
La faena no terminó dejando contento a Guillermo a pesar del triunfo ni tampoco a su padre, por lo que cuando este recibió al quinto de la tarde con AGORA II y pudo percibir la calidad que tenía, decidió invitar a su hijo para compartir el tercio de banderillas. Un duelo entre dos generaciones, entre grandes caballos y entre diferentes conceptos. Quizás la primera parte fue la más similar entre dos hermanos, DISPARATE y BERLIN, con Guillermo y Pablo encima dieron una lección de temple, de toreo de costado, de hermosinas y de trincherazos por las tablas. El toro era el mejor colaborador de ambos, embestía, galopaba y se rebosaba en los embroques.
Luego vino el turno de DONATELLI y de ICARO. Juventud y veteranía al servicio del espectáculo. Verdad máxima en cada confrontación con el toro y estampas toreras dignas del mejor lienzo. Aquello era una borrachera de toreo que finiquitaron BACANO y JABUGO con dos cortas cada uno ante un toro que todavía les buscaba y galopaba y que hizo que el público le perdonara la vida. Antes de irse a los corrales, los jinetes lo torearon con sombreros y lo llevaron hasta la cercanía de toriles donde el solito se retiraría a su futuro en la finca de Rancho Seco.