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¡UN RABO EN EL DEBUT!

Veintidós años se han cumplido desde que Pablo Hermoso de Mendoza debutara en el Coliseo de Nimes y en esta calurosa mañana acompañaba en la presentación de su hijo Guillermo en este magno escenario. Un debut que tuvo su interés a juzgar por la buenísima entrada que presentaron las gradas del Coliseo que rozaron el lleno total y que disfrutaron de una fecha histórica cuando Guillermo obtuvo el rabo de su primer toro y el derecho a ser Cónsul mayor al salir por la mítica puerta de los Cónsules. Igualó el difícil record de su padre que obtuvo un rabo en su primera actuación y abrió la Puerta de los Cónsules aquel día. En esta soleada mañana nimeña Guillermo bordó la faena ante un primer novillo de Carmen Lorenzo.

Una labor que pronto comenzó a calar en el tendido, cuando después de unos instantes en los que NAPOLEON dejó centrarse al novillo que salió avanto, lo esperó en los medios y lo comenzó a torear en redondo, suave, aguantando las embestidas que se rebosaban por la grupa y comenzó a levantar los primeros olés. Marcó el paso para dejar el primer rejón de castigo en un embroque perfecto dando el pecho del caballo. Un solo rejón porque había que cuidar a un novillo con esa calidad y permitir un espectáculo en banderillas digno del escenario. Con DISPARATE fue marcando los tiempos, llevando al toro por los  terrenos que quería y dejándolo siempre en el lugar ideal para la suerte. Gran dominio del terrenos y de las querencias, Guillermo se fue apoderando de la plaza y del toro y sobre todo fue calando en los tendidos con un toreo con DISPARATE lleno de cadencia, sensibilidad y sobre todo de templanza. Las medidas justas, todo sin tiempos muertos dando al toro la ventaja para salir airoso de las suertes. Todo lo que hizo lo realizó con la verdad milimétrica que marcan los cánones del buen toreo. Llevó al toro galopando de costado, metido en la cola y lo iba abaniqueando con la grupa en unas hermosinas largas y preciosas. No acabó aquí, la labor en banderillas porque compareció luego con otro veterano, con ICARO, un caballo que estaba reservado para ser compañero de juegos de este Guillermo en sus inicios. Y vaya pareja que forman. Pusieron el Coliseo patas arriba cuando comenzó a enroscarse con el toro, a meter la cara entre los pitones y a realizar un toreo de cercanía en el que toda la ventaja era del toro y a pesar de ello nunca llegaba a su destino. Y quedaba el colofón, ahora con PIRATA, totalmente recuperado y en el gran momento que tenían antes de la lesión. Además es sorprendente la conjunción que Guillermo ha encontrado con él y que otra vez quedó patente con la rueda de cortas, toreando con el pecho del caballo en cada embroque, con la posterior desplante del teléfono. Regalo de una rosa, colocada en lo alto y el colofón de un rejonazo en todo lo alto, en el centro del ruedo, la muerte del novillos acompañada de rodillas, la explosión en los tendidos, la petición mayoritaria del rabo que obligó a un remiso presidente a concederlo y sobre todo la consagración de Guillermo Hermoso de Mendoza como un consentido de Francia en esta su primera actuación en una plaza de primera categoría. Rabo que compartió en la vuelta al ruedo con el ganadero Pedro Gutiérrez Moya "Niño de la Capea".

Después del triunfo y de la posibilidad de subir a la nube, el sexto de la mañana le hizo bajar de ella. Un astado reservón desde el inicio le hizo ver la parte más ingrata del toreo. Hablamos de esa parte en la que todo lo que haces tiene mucho más valor por la condición de lo que tienes enfrente, pero todo cuesta mucho más de transmitir al tendido. Una labor de torero cuajado, casi podríamos decir de torero veterano, porque el novillo no dio ni una sola facilidad. Siempre esperando en su terreno, solo la tenacidad de BARRABAS le hizo colocarse en los medios para recibir allí los dos de castigo. Escasa reacción a la que BRINDIS respondió con dos banderillas atacando de lejos y reuniendo en los medios, la segunda de ellas de enorme ejecución. Apostó por DISPARATE para cerrar el tercio y volver a postrarse solvente y certero en banderillas, pero siempre haciendo todo el caballo, como si con un mono de trabajo hubieran salido al ruedo. Tres cortas con PIRATA, llegando encima, a toro muy parado y un par a dos manos de perfecta ejecución fueron el colofón de una faena a la que faltó toro y sobró voluntad y conocimiento. Matar a un toro que no daba el paso se convirtió en un complicado colofón y llegaron los pinchazos. A pesar de todo el público ovacionó a Guillermo en su despedida a tablas.