¡QUÉ GRAN ACTUACIÓN!
Enorme actuación de Guillermo en el coso Alberto Balderas de Ciudad Juárez, en donde obtuvo cuatro orejas y un rabo, el primero que obtiene en su aún incipiente carrera.
La plaza Alberto Balderas de Ciudad Juárez, en la misma frontera con los Estados Unidos fue testigo del hecho histórico en la incipiente carrera de Guillermo Hermoso de Mendoza y es que el jinete obtuvo el primer rabo de su vida, ante un gran novillo de San Pablo que fue premiado con la vuelta al ruedo. Una corrida de las que como se suele decir, el público salió de la plaza toreando a caballo dada la buena actuación de los tres alternantes y de los Forcados de Mazatlán, aunque a la hora de resolver con el rejón de muerte hubo suerte desigual.
Una faena de rabo la que Guillermo realizaba al tercer astado de la tarde y que desde el inicio se palpó que podía ser una cita importante. Llevaba varios días Guillermo sin suerte con el juego de sus oponentes y en esta ocasión el astado colaboró y mostró bravura desde que inició galopando con BARRABAS girando sobre sí mismo y permitiendo que el toro se rebosara en su embestida. Lo castigó con un solo rejón y se fue por BRINDIS, caballo con el que está demostrando un gran entendimiento y que ante la noble y franca embestida del novillo pudo cuajar grandes momentos con las banderillas. Tocando al pitón contrario, el caballo salió toreando de cada embroque y continuo con galopes templados llevando al toro muy pegado a su cola. La plaza era un hervidero, pero todavía subiría más la temperatura cuando montando a BACO se plantó a escasos dos metros del toro, lo citó, lo esperó y cuando se arrancó quebró en la misma cara del toro dejando la banderilla en lo alto. Aquí es donde el público decidió que tenía un nuevo ídolo y éste, todavía les regalaría otra banderilla de similar preparación y ejecución. Aguantó mucho tiempo toreando en largo con el propio BACO, metiéndose al toro debajo de la barriga para llevarlo de lado a la do de la plaza. Se retiró con la plaza puesta en pie y dio paso a los Forcados Mazatlecos, que también brillaron en su pega y el torero saltó al ruedo ahora montando a JABUGO y con dos rosas en la mano, brindando al cielo en un claro homenaje a Ángel Peralta. Luego se fue al toro, que todavía tenía fuerzas y gas suficiente a pesar de la lidia y de la pena. Lo recibió con sendas rosas, colocadas en el mismo morrillo para rematar la suerte realizando desplantes sobre el testuz. Cuando agarró el rejón de muerte, se le vio tranquilo, pero no sin esa gota de responsabilidad que lleva el terminar con buen pie una faena que puede suponer mucho. Se fue despacio, cuadró al toro y dejó un rejón en todo lo alto que hizo doblar al toro sin puntilla. Locura en los tendidos y a pesar de a reticencia inicial de la presidencia, al final ante la presión del respetable, tuvo que ceder y entregar los máximos trofeos a Guillermo y la vuelta al ruedo al toro primero y luego naturalmente al jinete, que compartió con Carlos Tirado, Cabo de los Forcados, y con el ganadero Diego Martín del Campo.
El desempate llegaría en el sexto, el toro menos bueno del lote de los navarros. No obstante Guillermo estaba venido arriba. Toro despistado y muy abanto de salida lo fue interesando con AGORA II, hasta hacerlo que embistiera y galopara tras el caballo. El astado tenía movilidad y eso daba buen aire a lo que con él se realizaba, pero había que dejarlo llegar mucho y meterse mucho con él. Eso hizo DISPARATE, especialista en sacar de los toros todo lo que tienen y en sus manos hasta pareció el toro ser mejor de lo que era. Le obligó a encelarse en su cola, a seguirle en los galopes de costado y a cambiar la embestida con la hermosina. Le llegó a la cara en las banderillas y consiguió volver a convencer al público presente. DALI fue la apuesta de Guillermo para cerrar las banderillas largas y lo hizo con dos banderillas de poder a poder, pero sobre todo con los cites para colocar al toro en suerte que aquí también calaron mucho. También las piruetas fueron muy celebradas por un público que ya estaba totalmente entregado. Llegaron las cortas con BACANO, tres de ellas, pasando por dentro pero componiendo muy bien la figura del caballo. Sorprendió al público con un par a dos manos al segundo intento muy bien reunido y una rosa de regalo. Aquí fue cuando el toro ya no pudo más y se echó. Costó levantarlo y cuando lo hizo, Guillermo enterró un rejonazo en todo lo alto que fue de efectos fulminantes para obtener otras dos orejas y salir como triunfador a hombros junto a su padre.